sábado, abril 01, 2006

Te vas...

Te vas.

Te has ido y me ahogo.
Te he echado y me hundo.

Te vas.

Te has ido.

Y siento que te pierdo, que no hay marcha atrás.
Es un aviso.

Te has ido, quizá el último aviso.

Qué mal me encuentro, qué mareo.
Qué mal estás, cuánto te hago sufrir.
Qué mal estoy.

No te vayas, no te vayas nunca que el fin está cerca.

No te vayas.

No te vayas nunca que siento un vacío enorme.
Qué mareo, qué angustia.

No te vayas.

Te has ido.

No te vayas.
Vuelve, por favor. Te lo pido sabiendo que nada puedo pedirte.
¿Cómo me atrevo a pedirte nada, tú que todo me lo has dado?

Ven, no te vayas.
No me dejes solo, no te vayas.
Este vacío duele.

Qué mareo, qué angustia.
Si pudiera, desaparecería yo.
Para siempre.

No te vayas. Tú no.

Y vuelve.

1 Comments:

Blogger Simplemente Olimpia. said...

Te vas... Esos versos,.....Por fín desvestiste de elocuencia y raciocinio tu espiritu, y lo dejas emanar libre, descubriendo tu súplica callada. Díselo, dile a tu ego excelso que ha sido capaz de vomitar su sofoco, dile a tu temblor que sanará, y que ni el camino más lejano o más efimero podrán separarte de ella.
Qué deleite la congoja que hace sentir al alma!!!! oprimiendola hasta extraer el zumo del alívio de tenerla.
(me ha permitido saborearte con precisión)
En nuestro tiempo...Olimpia

10:31 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home