sábado, abril 01, 2006

Calma deseada

Es el festival de las carnes,
un homenaje al cuerpo incorrupto.
Remolinos etéreos nos envuelven,
y traspasan, con haces de luz imperceptibles.

Me veo fundido en ti,
comulgando en tu sexo.

Labios turgentes que se muerden,
enredándose en formas imposibles;
mixtura de salivas y de sales.
Dulces besos.

Dedos emergentes que se hincan
en las pieles suaves deseadas.
Tus torrentes desbocados,
mis caballos desbordados.

Las columnas se yerguen, se retuercen,
y se quiebran de placer
en este sacramento de fluidos viscosos.
El altar mullido nos abraza.

Las gargantas gritan, desgarradas,
quejidos indoloros, jadeos indelebles
que se cuelan en tímpanos vibrátiles.
Y te llenan. Y me llenan.

Las venas se hinchan, el sexo oclusivo;
carne batiente en constante arritmia.
Pupilas que se rasgan
en visiones de lascivia.

Cadera izada oferente (la tuya),
cadera acoplada en creciente (la mía).
Convulsión desatada de sentidos.

Calma lujuriosa.
Calma…

1 Comments:

Blogger Simplemente Olimpia. said...

"Dame tu calma, dame tu furia....excedete" En algún momento cohibiste tu relato?, omites? limitas?...leo la ira desmedida de tu verbo...escucho...me relamo.
Olimpia.

12:22 a. m.  

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