martes, marzo 29, 2005

Las llaves del preámbulo

Tu cuerpo recostado de lado, desnudo.
Mis ojos te miran, te admiran... Memorizo tus curvas, tus aristas; tus pliegues, tus picos; tus sombras, tus luces...
Recostada, el cuerpo se iza y se desliza entre las sábanas y se me muestra deseable y deseado.
Me acerco a ti.
Siento tu perfume, presiento tu calor.
Mi rostro a un palmo de tu piel, impregnándome de tu aroma, llenándome de deseo.
Mi boca saliva y me presientes.
Aun dormida, tu piel se eriza, la mía se tensa.
Y quisiera dibujar tu geografía con la yema de mis dedos.
Y voy trazando esa línea por tu piel.
Mi dedo circula por tu cuello, tan cálido; y gira hacia el hombro caído que se relaja con el roce. Recorro el camino que me lleva hacia tus dedos y me mezclo con ellos. Tus dedos se separan...
Y recorro, ascendente, el camino inverso por la parte interna, donde la piel blanca es todavía más sensible.
Y me deleito contemplando tu piel. Tu vello se yergue y me saluda como un manto de posedonias.
Mi dedo circula por el valle de tu pechos. El batir del corazón es el leve terremoto corporal.
Me paro. Te miro y tus pezones erectos me retan desafiantes.
Asciendo la blanca carne, cálida y circunvalo el dulce caramelo.
Tu respiración se acelera cuando mis labios lo rodean... Los empapo de saliva.
Ahora el dedo corre acelerado por tu vientre y se interna en la selva de tu pubis. Te revuelves, retozas..., y abres las piernas. Tu respiración galopa y oigo el rumor de tus aguas. Busco el camino trazado y me adentro diligente, orientado por el calor de tu cuerpo. Y cuando el claro se me muestra y el rumor es clamor de deseo, mi dedo se interna y te penetra...
Mis dedos, las llaves del preámbulo...

lunes, marzo 14, 2005

Dame susurros...y dame silencios.

Ven, acércate. Hoy quiero hablarte de las palabras.
De su poder.
De sus miserias.
Si las observas de cerca, tan sólo son la unión de graciosas líneas curvas, de letras insignificantes, que, unidas, crean la Fuerza. Cuando se juntan las letras y nace la palabra estamos ante la mágica visión de la esencia de la Fuerza.
Las palabras pueden ser dichas..., pueden ser leídas...; y en ambos estados son capaces de alterar el enigma de las cosas. Una palabra nos puede hacer reír, nos puede sobresaltar, nos puede hacer llorar, nos puede hacer matar, nos puede hacer vivir.
Ahora lee y reflexiona sobre cada una de éstas:
lágrima...
erupción...
suavidad...
humedad...
explosión...
canción...
sigue...
odio...
caricia...
sangre...
Dame una palabra y te daré el mundo.
Dime una palabra y me borrarás de él.
Dite una palabra y ascenderás.
Escucha una palabra y te estremecerás...
Las palabras escuchadas, las dichas, tienen el poder absoluto. Y, curiosamente, cuanto más alto es el tono de voz en el que las decimos, menos fuerza tienen.
A mí, dame susurros....
Y dame silencios.

lunes, marzo 07, 2005

En el mar ya vivo

Verano.
Cálida noche de verano.
Escucho el rumor del mar, tan cerca....
Me acerco a él.
Mis pies desnudos se hunden en la arena y me acomodo entre dos rocas. El mar, cercano, empapa la playa. Y suena mi teléfono.
Tu voz, íntima, se mezcla en mi cerebro con el rumor del mar. Él acompaña tus palabras. Me hablas con la misma cadencia que el mar muere en la playa. Es un acompañamiento perfecto.
Me tumbo en la arena.
Ahora puedo ver las estrellas..., puedo ver la luna. Mis palabras se encadenan a las tuyas. Se mezclan, se atan sin guión establecido. Se anudan, se entrelazan, se aceleran. La marea va subiendo y las olas golpean, rítmicamente, la fina linea de la playa. Tus palabras golpean, rítmicamente, la nuca de mis deseos.
Y la sangre fluye..., arde. Y el mar bate con más fuerza.
Tus palabras se concatenan, y mi cuerpo se hincha, se llena de sangre.
La espuma de las olas aumenta y su rumor.
Tu voz suena temblorosa...cercana.
Escucho tu voz, las olas, mi sangre circular...mi respiración.
Aumenta el ritmo.
El mar ruge, me salpican sus olas. Tu voz quebrantada grita de placer. Las estrellas me bailan. La luna sonríe.
Y, con un estruendo, el mar revienta la playa. Las estrellas chocan con la luna. Tu garganta arranca un gemido eterno y mi sexo me estalla en la mano....
Semen que se funde con la espuma del mar, que se va mar adentro.
¿Alimento de los peces?
En el mar ya vivo.